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Escuchá
Viaje a otra época
Fanático de la música de mediados del siglo pasado, Fabián Dellamónica atesora y alimenta una colección de discos de aquella época. Conocido por su trabajo como DJ en boliches como Rumi y en fiestas como Compass, cuando se le ocurrió subir algunas de esas canciones añejadas a su página de MySpace recibió mensajes donde le pedían más material. “Entonces decidí armar mi propia radio online, porque es una música que no se puede escuchar en otro lado y, evidentemente, hay gente a la que le gusta”, comenta.
Así fue como en junio pasado comenzó a transmitir Radio Royale. Primero, claro, tuvo que familiarizarse con programas tutoriales como el dreamweaver. Y, más tarde, contrató un servicio de streaming, que es el que permite que varias personas (25, en este caso) sintonicen al mismo tiempo la emisora virtual. En apenas un mes, por momentos la capacidad alcanza el límite. Y a su casilla de correo llegan comentarios y agradecimientos procedentes de España, Italia y hasta Japón.
Desde las fotos onda sixties que ilustran su página, Radio Royale se plantea como un viaje a otra época o lugar. Su mundo imaginario se nutre de bandas sonoras de películas de espionaje, de aventuras retrofuturistas o de pornosoft italiano. Martini en mano, uno puede soñar con un día de playa mientras suenan Serge Gainsbourg, Jeanne Moreau y France Gall o, en su defecto, una sucesión de grupos de chicas producidos por Phil Spector. Dellamónica musicaliza bloques de aproximadamente una hora a partir de un denominador común estético. Música ye-ye y cha-cha-cha, pero también algo de bossa nova, jazz de los ‘50, psicodelia y folk condimentan la programación. ¿Alguien habló de lounge? “Puede ser una definición”, acepta su director. Y sintetiza: “La idea básicamente es compartir los discos que pongo en mi casa”.
www.radioroyale.com.ar
Espíritus libres
Los fanas de Lost se pueden dar una panzada de asociaciones libres en torno de la idea de “isla” en la emisión número 74 de Servicio de lunch: desde una versión electro-cumbiera y en castellano de “La isla Bonita” a evocaciones de Gilligan, Tatú y otros personajes de aquellas pioneras fantasías insulares televisadas. Al igual que el resto de los ciclos de unaRadio, Servicio de lunch tiene un horario de emisión pautado (los martes a las 20, en este caso), pero también se puede acceder a su grabación online, o si no bajarlo en formato podcast y escucharlo en un reproductor de Mp3 o en un celular.
Si algo distingue a unaRadio es la producción de programas y formatos radiales tal vez conocidos, pero con una fuerte impronta personal. Nicolás Cohen, su creador y responsable, la define como “un medio libre para publicar y discutir ideas y música, sin presiones de ningún tipo. Ni siquiera tienen que ser ideas populares, no importa que un programa sea escuchado por dos o por cincuenta personas. Por tener bajos costos, no necesitamos depender de auspiciantes y, de hecho, los evitamos por regla, para mantener nuestro espíritu libre”.
El staff de la emisora está integrado por una veintena de radioaficionados versión 2.0 que, con una frecuencia semanal, conducen sus respectivos ciclos. Entre ellos se anotan el director de cine Ezequiel Acuña (encabeza Excursiones los lunes a las 21), el ilustrador Augusto Costhanzo (Algo se tiene que llevar, los viernes a las 20) y el poeta y disc-jockey Nicolás Bedini (El monte análogo, domingos a las 20). Y también se emiten Operación escuchar y FMp3, que originalmente salen por FM La Tribu. ¿Los programas tienen algún denominador común? Cohen sintetiza: “Amateurismo, grandes cantidades de energía, ganas de contar otras cosas y de otras maneras, cierta desfachatez y la necesidad de expresarse”.
www.unaradio.com.ar
A pedido de los oyenautas
Según cuenta una leyenda que anda dando vueltas por la red, después de terminar sus estudios en medicina y física cuántica por correspondencia, el Dr. John Key fracasó en varias ocupaciones, hasta que un buen día por fin se le prendió la lamparita: “Vanguardista, conceptual, libre de influencias malsanas y atendida por sus propios dueños, la creación del Dr. John Key está cambiando la forma de escuchar radio. Su nombre es Shhh!, una radio para escuchar en silencio”.
La antena se alimenta de una discoteca que va de la era del vinilo a los MP3 más actuales, propiedad del productor televisivo Juan Pablo Gauthier. Desde la mañana temprano hasta última hora de la noche, él mismo se ocupa de musicalizar en vivo mientras atiende online, vía Messenger, los pedidos de los oyenautas. La dirección shhhradioenvivo@hotmail.com funciona, entonces, como una especie de línea directa con la audiencia. Los jueves y viernes por la tarde es el turno de los concursos: los que contestan correctamente a las consignas, suelen recibir flores a manera de premio.
Las emisiones comenzaron en marzo pasado y, a la fecha, Shhh! acumula unas 12.000 visitas en total. Un promedio de 200 personas se enganchan a diario con su propuesta, mientras trabajan o pasan el rato frente al monitor de sus respectivas computadoras. Entre ellas nada menos que Debbie Harry, la cantante de Blondie, que mandó un mail diciendo que le gusta la música que pasan. La lista de temas rota permanentemente e incluye propios como Frank Sinatra, John Coltrane, Jimi Hendrix, The Clash y Foo Fighters. Según Gauthier, no hay fórmulas o misterios que expliquen por qué siempre hay alguien del otro lado: “No creo que Shhh! sea original. La idea es que puedas escuchar buena música, pero sin el ingenioso de turno hablando entre canción y canción”.
www.shhhradio.com
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